Busco en mi memoria la primera vez que le tuve miedo a una cucaracha (wacala! ni decir su nombre quiero), pero hasta pesadillas he tenido con ella.
Me considero una miedosa. Lo he asumido desde siempre. Puedo sentir mi corazón cuando se quiere salir al momento en que alquien me asusta, cuando estoy tarde para llegar a un lugar, cuando se que me van a regañar, cuando se que he ofendido un amigo o amiga, en fin, siempre. Y ayer recordé un momento, uno de los más felices en estos últimos años, que pudo ser más memorable si no hubiera andado con tanto miedo a que me atracaran.
Me considero una miedosa. Lo he asumido desde siempre. Puedo sentir mi corazón cuando se quiere salir al momento en que alquien me asusta, cuando estoy tarde para llegar a un lugar, cuando se que me van a regañar, cuando se que he ofendido un amigo o amiga, en fin, siempre. Y ayer recordé un momento, uno de los más felices en estos últimos años, que pudo ser más memorable si no hubiera andado con tanto miedo a que me atracaran.