jueves, 28 de octubre de 2010

Busco en mi memoria la primera vez que le tuve miedo a una cucaracha (wacala! ni decir su nombre quiero), pero hasta pesadillas he tenido con ella.

Me considero una miedosa. Lo he asumido desde siempre. Puedo sentir mi corazón cuando se quiere salir al momento en que alquien me asusta, cuando estoy tarde para llegar a un lugar, cuando se que me van a regañar, cuando se que he ofendido un amigo o amiga, en fin, siempre. Y ayer recordé un momento, uno de los más felices en estos últimos años, que pudo ser más memorable si no hubiera andado con tanto miedo a que me atracaran.

Posted on 10:45 by María Eugenia del Pozo

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miércoles, 27 de octubre de 2010


“Hoy puede ser un gran día date la oportunidad”, canta Serrat. Para que así sea debemos pensarlo así, el triunfo depende en un 90 por ciento de nuestro esfuerzo, la felicidad también. Búscale la otra cara a la moneda, es muy probable que se vea diferente cuando la voltees.

Posted on 6:08 by María Eugenia del Pozo

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martes, 26 de octubre de 2010

Es cierto que cada cosa debe ser a su tiempo, no se deben adelantar los procesos. Por eso hay que cumplir primero las metas personales, para no lamentarse luego y culpar a los hijos de lo que no pudimos ser o hacer.

Es una reflexión a la que llegué, tras observar a amigas, un poco más adultas que yo, que tal vez hoy día hubieran querido lograr uno que otro sueño “intelectual”, antes de formar una familia.

Posted on 16:28 by María Eugenia del Pozo

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Todas las tardes ella está sentada en aquella acera, esperando escuchar el sonido de cinco pesos, o 25, caer por el suelo, encima de su pequeña funda de rayas negras, que acomoda de vez en cuando.

Siempre con la misma ropa, ve desfilar las mejores colecciones de la temporada por la puerta del centro comercial, de la gente que le esquiva para no verla a los ojos (así no habrá sentimiento de culpa por no soltar el menudito).

Posted on 7:53 by María Eugenia del Pozo

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La vida tiene su propia canción. La entona la señora que pide en la entrada del supermercado, el que me dice que no tiene menudo para 100, al montarme en el carro, la doña que me saluda en las mañanas al salir de la casa, mientras barre la acera del frente, el funcionario que se toma una copa de vino y hablá en alta voz sobre sus bienes, en un café junto a quienes dicen ser amigos. Pero yo, hasta este momento no me di cuenta del deseo por interpretar esas canciones, que en ocasiones se vuelven ruido para algunos y podrían afinarse, aunque sea a la fuerza.

Pretendo dar los acordes correctos y bañarme cada día de esa gente que tiene una historia que "cantar".

Busco bañarme de alegría, imaginación, tristeza y esperanza. Como un alma entrar por un momento en la vida de otros. Esa es la forma en que sabré que he vivido.

Te invito a quedarte y bañarte de estos sueños, ilusiones y anhelos de "ser humanos".

Posted on 6:36 by María Eugenia del Pozo

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