Lian se ha despertado esta mañana y la alegría no le cabe en el pecho. Llevaba varios días preocupado porque las plantitas del patio de su casa estaban mareadas, sedientas y algunas secas.
Antes de ir a la escuela se lo pasaba buscando agua en un vasito para regar las plantitas.

Anoche decidió pedir por la lluvia del cielo, y aprovechó su oración de familia para hacer su solicitud. Las plantitas se morían y él, por más que quería ayudar, no podía calmar la sed de todas. Le recordaba a Dios que debajo de la tierra viven los gusanitos y otros animalitos que necesitaban del agua.