Un lunes, hace hoy 23 eneros, llegué a este mundo, sin nada, sólo con la piel que cubre mi cuerpo. Sin malicias y un corazón dispuesto a llenarse de el amor de mis padres, que durante mucho tiempo habían planificado mi llegada.

Dicen que el sexo femenino es más fuerte, lucha por sobrevivir, y así fue. Mi madre y yo pudimos burlar la muerte aquel día, 25 de enero de 1988; Dios nos tenía preparado un gran camino por recorrer juntas.

En estos 23 años se que “he vivido”. Los hermosos recuerdos de cada uno de estos eneros me llenan de felicidad y me impiden recordar los malos momentos.

Siempre que cumplo años me siento a ver mi álbum de recuerdos y casi lloro al ver todas nuestras sonrisas (en realidad no tengo fotos en las que no se me vean estos diminutos dientes).

Wao! Cuantos buenos amigos, a los que sigo queriendo, que siempre se acuerdan de este día, en el que celebro la dicha de “seguir viva”.

Gracias Dios!, gracias porque hace pocos años pensé que perdería a una de las personas que más amo en la vida: mi hermanito (que ya no es tan pequeño como hace algún tiempo). Aquí lo tengo, a mi lado, haciendo que la vida valga un poco más la pena para mí.

Gracias por mi madre, la persona que más me ama en este mundo, y quien siempre ha luchado por que me mantenga “viva”.

Por mi padre, un hombre ejemplar, el único masculino dispuesto a hacer lo que le pida sin esperar nada a cambio. Ese que nunca ha abandonado su familia y mucho menos a mí, “su prieta”.

Y como aquél libro “confieso que he vivido”.

He logrado casi todo lo que me he propuesto, y esa es una dicha que no todos tienen. ¿Qué he hecho para merecer esto?, en realidad no sé, pero soy agradecida y feliz por haber logrado tantas cosas en este camino.

Sigo creyendo en ti Señor, y ahora con más fe, porque sigo “viva”. Gracias por no ignorarme, gracias por este amor que encuentro en todo el que está cerca de mí. Gracias por enseñarme a amar sin esperar nada a cambio. Gracias por el temor a herir a mi amigo, por tantos hermosos eneros como este.

En este día sólo quiero pedirte por los que sufren, por los que necesitan un poco de ese amor que me has regalado. Por los que necesitan creer en ti y pues han perdido la esperanza. Por los que están falta de consuelo y una mano que les ayude a salir de los escombros.

Por los que impiden la educación de este pueblo, sólo por llenarse los bolsillos de papeles que tal vez no usen nunca. Por los que usan la fuerza para sentir el poder, los que humillan a los pobres y por los humillados, para que nunca dejen de sonreír.

Sé que es mucho pedir Señor, pero quisiera que fuera este mi regalo de cumpleaños :).