Gracias a Dios, hemos avanzado mucho en casa. Recuerdo que cuando era niña vivíamos en una vivienda de madera techada de zinc, eran tiempos felices, aunque difíciles.

La casa no tenía divisiones, y cuando llovía Mami ponía cantinitas para que el agua no mojara las camas. Ella había llegado del campo hace muchos años, cuando tenía 15 años, y la situación en la que vivíamos en aquel momento, no se comparaba con la que tuvo que experimentar durante los primeros años de su vida, con viviendas de suelo de tierra.

Llegó desde abajo, sin terminar el bachillerato hasta hace poco, pero con una educación familiar e inteligencia, que pocos en la actualidad poseen. Esa que no le permite ofender al otro o irrespetarlo, como hacen hoy los cómicos de clase media-media alta con “Deiba”, una señora que presta servicios domésticos en una casa de familia.


Mi madre trabajó en casa de familia toda su juventud, y nunca la irrespetaron de esa manera, según me cuenta.

Debo manifestar que me siento ofendida con el caso de “Deiba”, con esos videos colgados en You Tube, en burla a la ignorancia.

Ella puede superarse en algún momento, como lo han hecho muchos miembros de mi familia. Y si de verdad quieren ayudarla, lo hacen de la manera incorrecta, la están humillando: la utilizan como un bufón para entretener a los reyes.

Imagino que algunos de los que hoy se burlan de la ignorancia de su pueblo, hace poco exigían un 4% para educación.