En ocasiones, cuando uno se monta en un carro público está alerta de tener que lidiar con un chofer desagradable, que trate a sus pasajeros de forma grosera, por estar malhumorado. Pero en la ruta carros de “concho” de la 27 de febrero un señor, sin tener radio en su vehículo, deleita a sus pasajeros con las mejores canciones del buen merengue dominicano, esa música con la que narra situaciones de la cotidianidad de nuestro campo.

El chofer, alto y de tez oscura, con una gran sonrisa les canta a las personas que disfrutan de las anécdotas de suegras y enamorados que visitan a sus novias en el campo.

Cuando ya ha interpretado, sin desafinar, varias canciones de su repertorio, “el chofer” narra varios cuentos de pueblo sobre jóvenes enamorados.

El camino se hace más corto y nadie desea desmontarse del vehículo, para alegrarse la mañana con las historias y las canciones del chofer. y es que al agradar a los demás, sin llegar a incomodar,  se gana el respeto y admiración de los demás, aunque sea por el corto tiempo que les toma llegar a sus destinos.