“Hoy puede ser un gran día date la oportunidad”, canta Serrat. Para que así sea debemos pensarlo así, el triunfo depende en un 90 por ciento de nuestro esfuerzo, la felicidad también. Búscale la otra cara a la moneda, es muy probable que se vea diferente cuando la voltees.

El hoy se terminará mañana, aprovéchalo. Camina un rato, siéntate un momento y respira, escucha una linda canción y disfrutala.

Cuando sientas que la carga es muy fuerte y no puedas con ella, distrae tu mente por un momento, déjala descanzar. No hay triunfo sin sacrificio, pero eso no implica que tomes un recreo.

Lee un rato, la lectura nos sumerge en un mundo paralelo y nos relaja.

Camina un rato, invita a un buen amigo y sonrían un poco.

Observa lo que te rodea, encontrarás cosas interesantes, que te harán sentir mejor.

Cuando te levantes repite: hoy será un maravilloso día, mi jefe me regañará, me pondrá mucho trabajo, no podré comprarme la frutica en el desayuno por falta de dinero, pero no dejaré de sonreir. Esa actitud ayudará a que tus ideas creativas fluyan y puedas tomar mejores desiciones.

Si se quiere salir una lágrima, déjala que fluya, los ojos y el alma necesitan limpiarse, para ver mas claro y poder vivir en paz.

Se fuerte, porque “hoy puede ser un gran día y mañana también”.