La vida tiene su propia canción. La entona la señora que pide en la entrada del supermercado, el que me dice que no tiene menudo para 100, al montarme en el carro, la doña que me saluda en las mañanas al salir de la casa, mientras barre la acera del frente, el funcionario que se toma una copa de vino y hablá en alta voz sobre sus bienes, en un café junto a quienes dicen ser amigos. Pero yo, hasta este momento no me di cuenta del deseo por interpretar esas canciones, que en ocasiones se vuelven ruido para algunos y podrían afinarse, aunque sea a la fuerza.

Pretendo dar los acordes correctos y bañarme cada día de esa gente que tiene una historia que "cantar".

Busco bañarme de alegría, imaginación, tristeza y esperanza. Como un alma entrar por un momento en la vida de otros. Esa es la forma en que sabré que he vivido.

Te invito a quedarte y bañarte de estos sueños, ilusiones y anhelos de "ser humanos".